Después
de conocer diferentes clasificaciones que existen sobre las
distintas
sustancias, resulta de gran interés y de singular importancia para una buena nomenclatura
de los compuestos, el conocer ciertas características de los elementos de
acuerdo al acomodo que
guardan en la tabla periódica. El ordenamiento de los
elementos en la tabla periódica no fue hecho al azar, sino más bien es el fruto
de un gran número de intentos por agruparlos en función de sus propiedades y el
orden seguido es en base a un número atómico que viene siendo la cantidad de
protones existentes en el núcleo del átomo. Tal vez la tabla periódica que
resulte más común, en esta podemos apreciar 7 renglones horizontales llamados
periodos, además de 18 columnas verticales llamadas grupos. El nombre de tabla
periódica la recibe precisamente porque cada cierto número de elementos las
propiedades químicas se repiten; quedando colocados uno bajo los otros todos
aquellos elementos que presentan propiedades con similitud para formarse así un
grupo.
Los periodos están
formados por un conjunto de elementos que
teniendo propiedades químicas
diferentes, mantienen en común el presentar igual número de niveles con
electrones en su envoltura, correspondiendo el número de periodo al total de
niveles.
Las propiedades
químicas de los elementos dependen de la
distribución electrónica en los
diferentes niveles, por ello; todos aquellos que tienen igual número de
electrones en su último nivel presentan propiedades químicas similares,
correspondiendo el número de período en que se encuentra ubicado, al del último
nivel con electrones y el número de grupo guarda relación con la cantidad de
electrones en la última capa.
La tabla periódica
puede dividirse en diversas formas según las propiedades que se deseen
estudiar, de tal suerte que se agrupan conjuntos de elementos con
características comunes.
Metales,
no metales y metaloides
Aún antes de
establecerse la tabla periódica; ya el creador de la simbología de los
elementos J. J. Berzelius publicó en 1814 una clasificación sistemática en
donde agrupaba dos tipos: los metales y los no metales.
Las características
de los elementos metálicos son:
- conducen con facilidad el calor y la electricidad.
- presentan brillo metálico
- generalmente pueden ser laminados o estirados formando alambres,
propiedades que se conocen como maleabilidad y ductilidad.
- por lo regular a temperatura ambiente son sólidos excepto hg, ga,
cs y fr.
- al combinarse con no metales ceden electrones por lo que adquieren
cargas positivas (cationes).
Los no metales presentan
las siguientes características:
- son malos conductores del calor y la electricidad.
- no son maleables ni dúctiles.
- reciben electrones al combinarse con los metales adquiriendo así cargas negativas (aniones).
Algunos elementos
suelen comportarse según las condiciones como metales o como no metales; a
estos se les conoce como metaloides.
En la clasificación
periódica de dieciocho columnas podemos apreciar a estos grupos de elementos
claramente delimitados, lo cual nos parece razonable si pensamos que las características
de ellos dependen de la distribución electrónica, entre más próximos estén los
elementos, mayor semejanza tendrán en sus propiedades y esto se debe a que la
distribución electrónica presenta también una gran semejanza.
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