Aunque el
método de cálculo Hartree-Fock para átomos poli
electrónicos se basa en muchos
aspectos en la solución de la ecuación de Schrödinger no relativista para el
átomo de hidrógeno, tiene notables diferencias. En el caso del átomo de
hidrógeno la solución de la ecuación de Schrödinger permite obtener los estados
cuánticos estacionarios descriptos por las conocidas funciones de onda,
simbolizadas 1s, 2s, 2p..., y sus correspondientes energías. Los niveles de
energías así obtenidos se refieren al átomo como sistema aislado.
Cada línea
horizontal representa una función de onda. Las funciones de onda con el mismo
número cuántico principal tienen la misma energía y pertenecen a niveles de
energía degenerados.
Este
diagrama es comparado con el correspondiente a los niveles de energía del átomo
de hidrógeno. Se dice en el caso de átomos polielectrónicos, que debido a la
repulsión interelectrónica, se destruye la degeneración de los niveles que eran
degenerados en el átomo de hidrógeno y se propone el orden dado en la figura,
en el que el "nivel 4s es menor que el nivel 3d".
La primera
objeción a la descripción anterior es que de acuerdo a la teoría cuántica, sólo
sistemas aislados, como el átomo de hidrógeno, tienen asociados niveles de
energía y funciones de onda. Un electrón en un átomo polielectrónico no es
ciertamente un sistema aislado.
La función
que describe un electrón particular en el campo del núcleo y la influencia
promedio de los restantes electrones se llama orbital. Los orbitales utilizados
para construir la función de onda de un átomo polielectrónico se obtienen
resolviendo las ecuaciones de Hartree-Fock y aunque son comúnmente
identificados con los "números cuánticos" n y l (1s, 2s,etc.), éstos
no son verdaderos números cuánticos que caracterizan los estados de un sistema
aislado, como en el caso del átomo de hidrógeno, por lo que deben considerarse
como simples etiquetas. En un átomo polielectrónico, los orbitales (nubes de
carga unielelectrónica) son subunidades de la función de onda (nube de carga
electrónica total).
La energía
de un electrón en un dado orbital, recibe el nombre de energía orbital (e1s, e2s, etc.) y
representa tres contribuciones de dicho electrón a la energía total del átomo:
la energía cinética del electrón; la energía potencial de interacción del
electrón con el núcleo y la energía potencial debido a la repulsión entre el
electrón y el campo generado por los restantes electrones.
El
significado físico de la energía orbital en el modelo Hartree-Fock surge del
teorema de Koopmans que demuestra que las energías orbitales son aproximaciones
a las energías de ionización experimentales.
¿Cómo se
determinan en el caso de átomos polielectrónicos los niveles de energía
permitidos?
La energía
total de un átomo de N electrones no es la suma de las N energías orbitales,
como podría inferirse erróneamente de una lectura rápida de la explicación de
energía orbital dada previamente. Esto se debe a la contribución a la energía
orbital de la interacción media de repulsión de un electrón con los restantes N
-1 electrones. Por ejemplo, la energía orbital del electrón 1 incluye la
energía media de repulsión de este electrón con los electrones 2, 3,....., N.
La energía orbital del electrón 2 incluye la interacción media de repulsión de
este electrón con los electrones 1, 3, ...., N. Se puede verificar de esta
forma que la interacción entre los electrones 1 y 2 es contada dos veces. Lo
mismo ocurre con los restantes electrones del sistema. De esta manera, la
simple suma de las energías orbitales estaría contando la repulsión
interelectrónica dos veces. Luego la energía del átomo es calculada por la
ecuación, escrita simbólicamente: E = F - G =
- G (1)
·
En la que F
representa la suma de las energías orbitales y G representa la repulsión
interelectrónica promedio, una vez.
·
Son los
valores de E los que determinan los posibles niveles de energía del átomo y no
las energías orbitales.
·
La idea de
que las energías orbitales son niveles de energía, es una concepción errónea
que los estudiantes adquieren muy fácilmente y abandonan con dificultad.
·
Esta idea
aparece por primera vez con el estudio del átomo de hidrógeno, donde comienzan
la teoría cuántica y la espectroscopía, y es estrictamente correcta. Sin
embargo su extensión a átomos polielectrónicos es inconsistente con la mecánica
cuántica. Cuando por ejemplo se desea explicar la frecuencia de una transición
espectroscópica entre los estados de un átomo( DE = h n), no deben utilizarse los diagramas que muestran
la promoción de un orbital a otro. La diferencia de energía entre los niveles
del átomo involucrados en la transición es la responsable de la frecuencia
observada y no la diferencia de energías orbitales (De). Los diagramas de ocupación
orbital pueden utilizarse para describir la distribución electrónica
(configuración) en cada uno de los estados involucrados en la transición y en
función de ella calcular la energía total de dichos estados.
·
La segunda
objeción relacionada con la es que el orden propuesto de las energías orbitales
es incorrecto. Los cálculos Hartree-Fock demuestran que e4s es mayor que e3d en todas las
configuraciones en las que ambos orbitales están ocupados por lo cual la no
debe usarse como un diagrama de energías. El orden propuesto en dicha figura,
1s2s2p3s3p4s3d... , corresponde al orden de llenado de los orbitales en la
configuración del estado fundamental de gran parte de los elementos o esquema
de Aufbau.
·
El uso
incorrecto de la ha llevado a la concepción equivocada de que el principio de
Aufbau es determinado por las energías orbitales, ocupándose primero los
orbitales de menor energía. Si e4s fuera
menor que e3d, no sería posible explicar los
datos experimentales de ionización, como surge al considerar la primera serie
de los metales de transición.
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